jueves, 18 de marzo de 2010

Escondiendo la cola

Ahora en el paro no quieren que vayas a fichar en persona, quieren que lo hagas por Internet. Insisten mucho, se ponen nerviosos. No quieren verte allí, tu carne les incomoda. No quiren colas de parad@s, que hace feo, no quieren que los parad@s coincidan, se pongan nerviosos, les dé por exigir, hacer asambleas....
Asambleas de parad@s ya en cada concejo! Asamblea de parad@s en Langreo ya.
Tanta insistencia en que fiches por internet... quedadas para ir en tropel al paro... que se vea a la gente. Internet está tapando mucho, está "limpiando" las calles", está disimulando un clamor, pero también sirve para movilizar. Grupos de facebook de parad@s de Langreo... Ya. Conste que yo no estoy al paro.

lunes, 8 de marzo de 2010

Hiperlugares agotados

Cuando decidimos dónde hacer una manisfestación o una concentración, hablo de las feministas y de nuestras fiestas de guardar del 8 de marzo y del 25 de noviembre, siempre elegimos lugares del siglo XX: plaza del Ayuntamiento, frente al Campoamor, plaza de la Escandalera, plaza del Parchís... Las gentes de los movimientos sociales, o sea, las gentes de izquierdas gustan de frecuentar lugares con una fuerte densidad simbólica: plazas céntricas, bares míticos, locales de asociaciones, sedes de partido, Universidad, barrios con solera ... estos lugares otorgan mucha identidad a quienes los frecuentan. Son hiperlugares, lugares con encanto, con mucha historia, con alta concentración semiótica, lugares donde hace treinta años una se enfrentó a la policía, otra soltó un discurso, el otro repartió octavillas, la de más allá conocío a su chica. Hiperlugares, lugares ricos, densos, lugares sacrolaicos.
Las concentraciones y manifestaciones del calendario feminista, por lo menos en Asturias, han perdido demasiada fuerza performativa, es decir, no extrañan, no incomodan y no suscitan. Esto se debe en buena medida a que tanto la fecha como el espacio están desactivados por las instituciones y nuestra inercia.
Conviene que empecemos a tomar los nuevos espacios públicos, espacios cero en sentido y en historia, pero donde hoy se concentra mayor densidad de consumidores que siguen teniendo un algo de conciencia política. Siguen siendo humanos. Conviene concentrarse en los no-lugares. El 25 de noviembre debería ser el 25 de diciembre en el Parque Principado. El 8 de marzo podría celebrarse el 8 de enero (inicio de rebajas) en el Calatrava.
Nuestra identidad se edifica en los hiperlugares, pero las concentraciones hay que hacerlas en los no-lugares porque el mero hecho de romper la lógica consumista con la militancia feminista, ecologista, pacifista (añade el ista que te defina esta temporada) genera valiosas incomodidades y extrañezas.

Hasta las tetas

Muchas mujeres se tocan las tetas nada más que para buscarse cánceres. No se han masturbado en su vida y el único acercamiento que tienen a su cuerpo es para pesarlo y palparle celulitis y tumores. Y así como nos acercamos a nuestros cuerpos, así llegamos a nuestra psique.
Nos mandan hacernos mamografías y para conseguir buenas imágenes presionan la mama como a vacas ordeñadas electricamente. Y así la mamografía puede romper la fibra del pecho y con su radiación lo puede cancerar.
También te las pueden cortar por tu bien. Como cuando nos extirpaban el útero para sanarnos la histeria. Conozco un ginecólogo que deseaba miedosamente extirparle los pechos y el útero a su mujer para evitarle tumores.
Con el tiempo diremos que los médicos de principios del XXI eran unos bestias, pero hasta que llegue ese momento a la mujer que pase por esta carnicería recémosle un responso. O dos. Uno por el pecho y otro por el ganglio linfático del sobaco, que suele ir todo en la misma rodaja. Es la Inquisición del siglo XXI que intenta alejar al demonio-cáncer del cuerpo de la bruja-paciente. Igual, la misma élite bienintencionada, antes sotana negra y ahora bata blanca, que ayer vigilaba nuestras almas y hoy vigila nuestros cuerpos. Por lo pronto las pacientes ya son cada vez más impacientes. La autoridad del padre, del maestro, del médico caen como piezas de dómino. Duele, pero es por algo. Porque nuestro telos es el autogobierno, el autoconocimiento y el autocuidado.