lunes, 8 de marzo de 2010

Hiperlugares agotados

Cuando decidimos dónde hacer una manisfestación o una concentración, hablo de las feministas y de nuestras fiestas de guardar del 8 de marzo y del 25 de noviembre, siempre elegimos lugares del siglo XX: plaza del Ayuntamiento, frente al Campoamor, plaza de la Escandalera, plaza del Parchís... Las gentes de los movimientos sociales, o sea, las gentes de izquierdas gustan de frecuentar lugares con una fuerte densidad simbólica: plazas céntricas, bares míticos, locales de asociaciones, sedes de partido, Universidad, barrios con solera ... estos lugares otorgan mucha identidad a quienes los frecuentan. Son hiperlugares, lugares con encanto, con mucha historia, con alta concentración semiótica, lugares donde hace treinta años una se enfrentó a la policía, otra soltó un discurso, el otro repartió octavillas, la de más allá conocío a su chica. Hiperlugares, lugares ricos, densos, lugares sacrolaicos.
Las concentraciones y manifestaciones del calendario feminista, por lo menos en Asturias, han perdido demasiada fuerza performativa, es decir, no extrañan, no incomodan y no suscitan. Esto se debe en buena medida a que tanto la fecha como el espacio están desactivados por las instituciones y nuestra inercia.
Conviene que empecemos a tomar los nuevos espacios públicos, espacios cero en sentido y en historia, pero donde hoy se concentra mayor densidad de consumidores que siguen teniendo un algo de conciencia política. Siguen siendo humanos. Conviene concentrarse en los no-lugares. El 25 de noviembre debería ser el 25 de diciembre en el Parque Principado. El 8 de marzo podría celebrarse el 8 de enero (inicio de rebajas) en el Calatrava.
Nuestra identidad se edifica en los hiperlugares, pero las concentraciones hay que hacerlas en los no-lugares porque el mero hecho de romper la lógica consumista con la militancia feminista, ecologista, pacifista (añade el ista que te defina esta temporada) genera valiosas incomodidades y extrañezas.

1 comentario:

  1. Das en el clavo, querida. La ocupación de lugares es el poder y ya es hora de empezar a dar sorpresas.

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